lunes, 31 de octubre de 2011

Adiós, adiós.

                                     No sé si sea un adiós a mi tormenta, pero no quiero ser la de alguien más.

En los últimos meses he pensado seriamente en acabar con este blog,
Pensé en eliminarlo, pensé en dejarlo así para subir cosas cuando se me antojara...
Pero creo que lo más decente es saber decir adiós en el momento preciso.

No me he recuperado, y no sé si realmente lo quiero, pero he hecho esfuerzos sobrehumanos para intentarlo; he tenido días infernales, indescriptibles, he tenido días aceptables (los menos),
Y mi salud mental y física están tan deterioradas, que a veces recuerdo el momento antes de que
todo esto comenzara y me parece que todo es imaginación, que nunca pude haber estado tan bien como recuerdo.

Otra vez tomé una goma de borrar y todo lo que tenía se ha ido
un día borré a todos mis amigos,
otro a mi familia,
luego borré mis notas excelentes,
borré mi alegría, y esa sonrisa natural y pura creo que no volverá.
Poco a poco se ha ido la vida que tenía y ahora salgo apenas un par de días y los demás los paso llorando,
o dando vueltas sobre mis ideas locas.
Podría seguir borrando hasta quedarme sin nada, y muy en el fondo no deseo que eso pase.
Sé que necesito ayuda, casi diario pienso en renunciar, y casi diario vuelvo a caer.


Con esto quiero dejar claro que no abandono el blog porque me haya recuperado,
sino porque (Y lo dije desde el principio) no estoy interesada en fomentar EDs,
y además porque no tengo talento, ni ganas para escribir.

Espero con todo mi corazón que tod@s y cada un@ de ustedes puedan lograr lo que anhelan en la vida,
espero con todas mis fuerzas que no tengan que tocar fondo,
que se amen con la misma fuerza que yo los amo, porque somos partes del mismo espíritu.
Espero con ansias locas que algún día la sociedad cambie su forma de ver a las personas,
espero cambiar yo misma y ser lo que tanto he querido. Querer ser algo.


Los ama,
Valencia.

martes, 11 de octubre de 2011

Tu historia con Ana, mi historia con Ana, nuestra historia con Ana.









Ella está en cama esta noche y no puede dormir,
le duele el estomágo porque no le ha dado nada de comer,
los calambres la dejan retorciéndose de dolor, desgarrando su abdomen:

Está pasando de nuevo.
"Por qué? Por qué tomé este camino? Yo sólo quería perder un poco de peso...
Pensé que podría ser feliz pero ya es demasiado tarde"
ella piensa que está tomando comida de su plato, trata de dar una mordida,
pero no está sucediendo, está convencida de que ese bocado es demasiado grasoso.

Cada vez que intenta comer, todo lo que ve, son las caras de los bullies de la secundaria,
cada chico que le dijo que estaba demasiado gorda...
cada ex-novio que sólo le interesó para sexo, y otras cosas que la hacían llorar.

Yo la sujeto entre mis brazos mientras me lo cuenta y suspiro...
"Ahora mi mente inquieta puede ir en cualquier dirección"

Ella solía mirarse en el espejo y llorar, antes era una chica del doble de talla,
pero la distorsionada imagen que sus ojos veían, empeorada, además por lo que veía en la t.v.
ella decía "MTV lava los cerebros de los niños, diciéndoles que tienen que ser delgados"
y esa es la razón por la que ella no ve televisión,
porque está asustada de ver a la persona en la que se convertirá.

Estamos en una habitación apartada del blanco desteñido, la tinta negra de mi pluma sangra cuando escribo,
veo al frágil y decrépito fantasma de mi pasado mirándome; es una sombra de la chica que
solía dejar un camino de colores de su mundo monocromático.

Casi diario rezo por el día en que su sonrisa regrese.

No soy Tolstoy pero ésta historia necesita ser contada,
para quienes el problema de la comida pequeña se salió de control,
para quien no come desde la semana pasada,
todo lo que pudimos necesitar era una oración,
pero todos estaban demasiado ocupados como para recordarnos.



Estamos rotas, pero brillamos. Espero que seamos historias con finales felices.




Valencia.